Cristal y el listón morado
Una noche
fría en el norte de Francia, una niña de aproximadamente 10 años estaba dormida
en medio de un bosque donde estaba
nevando, su pelo color sangre, envuelta en su cara blanca, parecía estar
congelado por el frio, sus labios color cereza, tiernamente cerrados, parecían
dos pétalos de una rosa pegados a su cara. La pequeña niña se movió con un
suspiro y abrió sus ojos color celeste, se levanto y se sacudió el vestido
color lila de la nieve, encima de su cabeza se situaba un pequeño listón de color morado.
De
repente empieza a temblar, y se forma un hoyo negro a unos pasos de la niña.
-¿Quien está
ahí?
La niña
se acerca y se asoma al hoyo, y sin querer, se cae.
-¡Ahh!-
Grita la niña con terror
Mientras
cae ve varias cosas, un reloj, un sillón, pinturas, libros, etc... Cuando choca
con el piso, se desmalla, después de un
tiempo, llega un pequeño conejo blanco, con chaqueta amarilla y un reloj
colgando de ella y el cual al caminar decia
-¡Despierta!
¡Despierta!
El
conejo empuja suavemente a la niña, y
cuando abre los ojos, le pregunta
-¿Qué
paso? ¿Dónde estoy?
-¡Estas
en el País de las Maravillas! ¿Cómo te llamas?
-Cristal…pero
sigo muy confundida, no sé como paso todo esto, de repente apareció un hoyo negro y caí por él.
-Ah, ya
veo, ven conmigo, pero nos tenemos que apresurar, que ya voy a llegar muy
tarde.
El conejo
se fue saltando por un pasillo y Cristal lo siguió, entre más avanzaban mas
chiquito se hacía el lugar hasta
que se toparon con una puerta, pero
Cristal no tuvo la estatura adecuada para pasar por ella, el conejo se acerco,
ya muy chiquito y le dijo
-Ven,
toma de este frasquito.
El conejo
le dio un pequeño frasco con líquido de color purpura, se veía muy asqueroso,
pero cuando Cristal se lo acerco a la nariz y lo olio, este olía a Frambuesa,
así que se lo tomo de un trago, y cuan cruel fue su error, pues sabía a
calcetines sucios.

-Plopiti
plopiti ¿Estas lista?- Le pregunto el conejo, ya desesperado
-Sí, ya
hay que ir a donde sea que me llevas pequeño conejito blanco
-Hey!
Nada de pequeño, que soy el más grande de 12 hermanos, plopiti plopiti
Pasaron
por la puerta, y llegaron a un lugar increíble, un lugar mágico como no te lo
puedes imaginar, era El País de las Maravillas.
Cristal
estaba tan emocionada que no se lo podía creer.
-¡Que
emoción, es un lugar hermoso!
-Sí lo sé,
plopiti plopiti, pero ahora hay que apresurarnos, ¿que no entiendes que ya voy
a llegar tarde?
Entonces
los dos caminaron por el bosque hasta llegar a una mesa donde mucha gente
estaba tomando té, había un señor al que le decían Sombrerero Morado, una
abuelita, Cenicienta, Blanca nieves, los 3 cochinitos, un gato sonriente y…un
lobo feroz que veía a Cristal con unos
ojos misteriosos y peligrosos.
Cristal decidió sentarse en una silla hecha de pino, y
dijo
-¿Cómo se
llaman?
-Yo me
llamo Alejandro Picasso-comenzó quitándose el sombrero con una mano- hijo de
Pablo Picasso- siguió, mientras resbalaba por sus hombros el sombrero, de una
mano a otra- pero me dicen Sombrerero
Morado- termino mientras se ponía con elegancia el sombrero.
Se acerco
un cerdito y dijo
-Yo me
llamo Virginia y mis hermanos se llaman Fud
y Pam.
-Yo me
llamo Colita, y soy un conejo muy ocupado.
-Yo me
llamo Morado, y soy un gato morado, y mi dueño es el Sombrerero Morado y mi
color favorito es el morado.
-Yo me
llamo Patricia y soy la abuelita de Caperucita roja, pero ese lobo malvado se
la comió…-dijo apuntando como quien no quiere la cosa, al lobo sentado más
allá.

-¿Porque
eres tan malo, pequeño lobo?
El lobo
se levanto y grito
-¡Te voy
a comer!
Todas las personas salieron corriendo hacia el
lobo y lo sujetaron de las patitas, el lobo se intento zafar, pero no pudo así
que se rindió y dejo que lo atraparan.
-¡Déjenme!
Prometo que no le voy a hacer nada -dijo el lobo con cara de perrito regañado.
-No, eres
un lobo malo, nos prometiste que ya no ibas a hacer nada- dijo el Sombrerero
Morado.
-¡Supe
que no podíamos confiar en ti, te comiste
a Caperucita roja! -dijo la abuelita con sendas lágrimas en los ojos, y
con un bastón en la mano, lista para golpear al lobo.
-¡Yo
sabía que no debía juntarme con ese lobo malvado y rabioso! -Dijo el gato con
una sonrisa.
Empezó
otra canción y todos se calmaron un rato, cuando termino Cristal se dio cuenta
de que el lobo la estaba mirando a los ojos y él le dijo:
-Creo que
te eh comido antes
Cristal
grito, y salió corriendo al bosque, llego
a una pequeña casa donde había 7 duendecitos, todos con un nombre de un
sentimiento,
-¿Me
ayudan, por favor?
El duende
llamado Alegría le dijo
-No temas
pequeña, nosotros te ayudaremos-le dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Cristal
se sintió aliviada por el cariño que le
tuvieron los duendes, después de un tiempo de estar con los duendes se percato de que le faltaba su listón morado,
ella se preocupo, porque si lo encontraba el lobo, descubriría para que servía
ese listón.
-¿¡Dónde está
mi listón!? ¿¡Dónde está!?-gritaba con terror y preocupación, no sabía qué hacer.
Cristal
buscaba por todos lados mientras los duendecitos la ayudaban, uno de ellos le
pregunto:
-¿Porque
están importante tu listón?
Cristal
se sentó en una sillita de los duendes y les conto su historia
-miren
este listón es muy importante para mí y mi familia, en el hay una mágica leyenda y si alguien más la descifrará pondría en
peligro a todo el mundo, por eso me lo dieron a mí para cuidarlo, porque nomas
yo sé descifrarlo…bueno no del todo.
-¿Por eso
es tan importante?
-Sí, ya
lleva muchas generaciones en mi familia, de hecho, lo tejió mi tátara tátara
tátara abuela, que fue reina de Gran Bretaña. ¡Yo soy la Princesa Blanca! y un
día seré la Reina Blanca.-Cristal se empezó a reír con una voz malvada.
Los
duendecitos se quedaron estáticos a ver a Cristal reírse de esa forma, Cristal
se dio cuentos de la incomodidad, paro inmediatamente y se arreglo el cabello,
que estaba muy despeinado,
-Perdón,
es que de vez en cuando me dan unos ataques de poder, y no puedo parar.
Los
duendecitos se alejaron, poco a poco, y de repente uno grito:
-¡Corran
por sus vidas, es la Reina Blanca!
Cristal
se quedo sola como siempre que contaba su historia, ella cansada de que la
trataran como un fenómeno, ideo un plan para vengarse de aquellos a los que la habían
tratado mal, mientras lo ideaba tenía que buscar un lugar para dormir, ella
decidió quedarse una noche más en la cabañita, pues los duendecitos no iban a
volver, era muy probable que se hayan ido con sus primos los 7 enanitos. En eso
alguien toca la puerta, ella se tranquiliza y va a abrir, al hacerlo dice:
-¿Quién está
allí?
La voz
contesta
-Yo, una
señora que solo quiere vender unas fresas.
Cristal
abrió la puerta.
-¡Wow!
Que rico, me encantan las fresas, ¿cuánto cuestan?
-Pues, a
ti te las puedo regalar, ten toma estas
La señora
le entrego una bolsita a Cristal, y ella lo recibe con mucho gusto
-¡Gracias!
La señora
le sonríe con amabilidad y se va caminando.
Cristal
abre la bolsa de fresas, las lava y las pone en un plato, se va a la sala y se
sienta en el mini sillón de los duendes, agarra una de las fresas y la mira con
dulzura, la muerde y se la traga.
Cristal
al momento se siente mareada y se desmalla en el suelo, unas horas después un príncipe encantador aparece en la
puerta, va, la recoge del suelo y le da
un beso en los labios, ella se despierta, y le dice.
-!
Gracias ¡¿tú eres mi príncipe azul?
-A
perdón pensé que eras la cenicienta.
Y
así el príncipe encantador se subió a su blanco corcel y partió hacia el
horizonte. De nuevo cristal se quedo sola y pudo seguir ideando su plan para
vengarse, después de 5 días de estar en la casa de los duendes, cristal pudo
acabar su plan y empezar, Cristal fue con los gigantes que vivían al norte de ahí
y los convenció de que se unieran a ella y así fue reclutando más seguidores,
desde hidras, bestias, gnomos hasta minotauros y criaturas de la noche
(entiéndase los vulturi) hasta que por fin pudo hacer un ejército, con lo que
pudo invadir el país de las maravillas, cuando ya tenía en su poder a todos sus
habitantes decidió cambiar el nombre.
-!
Queridos discípulos, los he llamado para anunciar el nuevo nombre de mi reino
¡-decía Cristal desde su balcón en el castillo de hielo- el nombre de mi nuevo
mundo será...! NARNIA ¡
Todos
los habitantes se sorprendieron del
nombre pero de apoco empezaron a aplaudir hasta que nadie falto y
empezaron a gritar de felicidad.
-Ya
vistes mi querido consejero como mis discípulos me aman- le decía cristal al Sombrerero
Morado.
-si
mi reina todos la amamos – le dijo mientras se arrodillaba a su reina.
Cristal
se sentía feliz de haber cumplido sus deseos y desde entonces no estuvo un
momento más sola y reino por muchos años mas.
Pero…. ¿y el listón morado?
la neta no me gusta anime, pero si te gusta muy bien
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